Hoy, 9 de junio, es el segundo aniversario de POGO THE CLOWN FILMS. Que se dice pronto: dos años que nos han dado para lo que nos han dado, que ha sido, a grandes rasgos, aprender haciendo. Sumamos once trabajos y aproximadamente 50 personas implicadas en ellos. A todos vosotros, gracias. Mil gracias. Habéis sido la parte fundamental de dar forma a este experimento estudiantil y deforme.
Hemos tenido triunfos, fracasos, dolores de cabeza y grandes experiencias. Nos hemos dado de bruces con nuestras propias torpezas, hemos sabido salir adelante, hemos hecho tonterías y estamos orgullosos de (casi) todas ellas. Se nos ha ido gente, hemos fichado a muchísimos nuevos y la "familia" de Pogo, como todas las familias, es un gran núcleo de gente muy diferente pero con un mismo objetivo y una misma pasión... y eso está genial. Vivement dimanche!, las dos partes de Pequeña UPV, Young Boy o la futura Madame Lu, mejores o peores, son parte de nuestra pequeña historia, y pronto llegarán más.
Con motivo de estos dos años, hemos pedido a seis personas implicadas, de una forma u otra, con POGO THE CLOWN FILMS, que nos hablen de lo que es, para ellos, este grupo:
Alex Zubiria, co-fundador, guionista y director:
Pogo, Pogo, Pogo… dos años es mucho tiempo, las cosas han cambiado desde que comenzó esta aventura; el IVA ha subido, Johnny English ha hecho otra película y el PNV ha vuelto al trono de hierro. Pero Pogo ha conseguido mantenerse vivo, o al menos encendido, gracias a ese curioso y extraño sello que me hace sentir orgulloso. La forma tan peculiar de rodar, los personajes y guiones tan disparatados, esa marca amateur tan única y propia. Esa misma marca por la que hemos conseguido las mejores peores críticas del ser humano que tan feliz me hacen.
Han sido dos años con altibajos, con grandes momentos y con quebraderos importantes. La pesadez que supuso el rodaje de Pequeña UPV (yo veo Pogo como un lugar donde aprender, divertirse y hacer lo que más te gusta, no como una obligación donde tu cabeza va a explotar) del que desaparecí, o las noches tan terroríficas que nos gusta hacer como en TSTSS y Chocomuerte. Quebraderos que son parte de nosotros, de nuestro cine amateur, por lo que son necesarios.
Afortunadamente, han sido años con estupendos momentos. El inolvidable rodaje de Rockstar, la ilusión por salir en una cadena pública publiquísma o el gusto por compartir idioteces tales como bailar el Gangnam Style en una cocina. Grandes momentos que solo son posibles con amistad, sin lugar a dudas la seña más valiosa de Pogo the Clown Films.
La ilusión ya está en cada parte de Pogo (soy de los que piensan en el cine y en el deseo de querer hacer cosas como estas), y solo la ausencia de esa amistad puede acabar con Pogo. Solo me queda agradecer a todos los que han hecho posible nuestra alocada idea con su tiempo libre y felicitar a Pogo. ZORIONAK POGO.
Alex estudia Periodismo. Es el realizador de Rockstar o Chocomuerte.
Mikel Balseiro, actor:
"Habrá gente que tache a Pogo de ser un grupo de freaks. Pero, ¿qué es ser un freak? Si ser un freak es ser un grupo de personas que se unen para poner lo mejor de sí mismos y crear, sí seremos freaks. La diferencia entre la gente que critica Pogo y los que lo apoyan es simple: más allá de lo guay que pretenda ser cada uno, todos tenemos dentro de nosotros algo diferente que los ProPogo dejamos salir. En cambio, aquella gente que parece estar en una vitrina de oro mirándonos desde arriba, está reprimida por no poder ser como realmente es. Pero dejando de lado las críticas, sean positivas o sean negativas, mi experiencia en Pogo ha sido y es increíble.
Desde el primer día que me presenté al casting hasta el día que metieron mi cabeza en un urinario (sí, urinario, porque váter mugriento, aunque sea lo que es, no me gusta) han sido sorprendentemente geniales. Como en todo grupo siempre hay alguien con una sonrisa permanente y una ración de abrazos para cualquiera, en caso de Pogo, es Janire Trebolazabala (A.K.A. Terracota López). Luego siempre está esa persona que te exige cosas que no son humanamente posibles y terminas haciendo. Gracias Cobo, siempre sacas lo mejor de cada escena. No quiero hacer un listado de gente que ha pasado por Pogo porque seguramente no me acordaría de todo el mundo, pero todas las personas que han pasado por Pogo son realmente personas creativas e increíbles. Por último, felicitar y dar las gracias a Alex, Beñat y Cobo por un día crear esto."
Mikel estudia Publicidad. Ha actuado en Pequeña UPV y Amor de Propileno.
Andrés Villacorta, actor:
"¿Qué significa Pogo para mi? Difícil pregunta, y a la vez muy sencilla, Pogo es una aventura que empezó para mi hace poco más de un año, casi sin quererlo, y solo puedo decir que está siendo una de las mejores experiencias que he tenido, no solo a nivel de saber que es ponerse delante de una cámara e intentar interpretar personajes, sino que también a nivel personal ya que os he conocido a vosotr@s, ya que a la inmensa mayoría no os conocía, os nombraría a todos pero no acabaríamos nunca, debido a que la familia es bastante amplia.
A Pogo la definiría, en pocas palabras como un espacio abierto donde la gente loca como yo puede juntarse con otras personitas que están igual o más locas y hacer locuras junt@s relacionadas con la actuación, y si lo piensas un poco eso es la caña. Y con eso es con lo que me quedo, con vosotros, con las personas, solo deciros que entre tod@s me habéis ayudado mucho a mejorar, y espero que me sigáis ayudando. Solo deciros que si esto no existiera, habría que inventarlo. FELICIDADES POR LOS DOS AÑITOS Y GRACIAS, SOIS L@S MEJORES!!!! OS QUIERO!!!"
Andrés estudia Ciencias Políticas. Ha actuado en Bailar para olvidar y Amor de Propileno, entre otras.
Beñat Gutiérrez, co-fundador, guionista y actor:
"¿Qué significa Pogo para mí? Es una pregunta que, dada mi tormentosa e esquizofrénica relación con Pogo, me he hecho muchas veces y la respuesta siempre ha sido distinta. La última vez que me formulé esa pregunta fue en el último evento, al observar en el auditorio a gran cantidad de ancianas. Evidentemente, ese no era el público objetivo al que me quería dirigir cuando ayudé a fundar Pogo. Pero quién sabía a dónde íbamos a ir a parar cuando fundamos Pogo, como canta Quique, la vida te lleva por caminos raros. La evolución es así, nuestra suma como individuos creó algo superior, un ser vivo llamado Pogo The Clown Films. Y Pogo, de manera orgánica, ha nacido, ha crecido y morirá (hay quién cree que esta herido) o mutará para adaptarse a la nueva realidad.
Pogo ante todo fue en sus inicios un proyecto fruto del fracaso, una especie de revancha de los novatos, y una idea en la que la ilusión era el único capital que poseíamos. Era una manera de soñar en plena crisis de los 20. A esa tan complicada edad en la que uno se da cuenta de que ya no será futbolista profesional (luego está Toquero, pero esa es otra historia) hay que buscar otras ilusiones que nos den las fuerzas necesarias para levantarnos por las mañanas. La música y el cine son buenas opciones para superar la crisis de los 20, el equivalente a las putas y los deportivos a los 40 o los 50. Pogo nos permitió distinguirnos del rebaño. Nos permitió crearnos un universo propio, un pequeño refugio que nos aislaba de ese ambiente tan deprimente y falto de perspectivas de la Facultad de Ciencias Sociales de la UPV, un lugar que solo es adecuado si crees que puedes cambiar el mundo pintando en las paredes. Por cierto, gracias UPV por dejarnos el material, es una justa recompensa por la deficiente educación que recibimos.
No teníamos un perfil común, cada uno tenía sus propias motivaciones para iniciar esta aventura. Mis motivaciones eran algo más triviales. Para mí, en una ciudad que se caracteriza por su buen clima, el buen juego de su equipo de fútbol y la simpatía de sus mujeres, organizar un casting era una forma perfecta de conocer chicas. El fracaso, cómo no, fue estrepitoso. Puede que esa fuera la primera diferencia en el seno de Pogo, no había una concepción concreta del proyecto. ¿Hacer cine era un fin? ¿O era un medio? Nunca nos pusimos de acuerdo y no creo que lo hagamos. La historia de Pogo está marcada en gran medida por esta cuestión sin resolver.
En lo personal, Pogo ha sacado lo mejor y lo peor de sus miembros. A lo largo de estos dos años hemos sido testigos de compañerismo, creatividad, trabajo duro y grandes dosis de ingenio pero también hemos asistido a luchas de ego, delirios autoritarios, apatía, estar por estar y veladas guerras internas. Pogo nos separaba a medida que nos unía y nos unía a medida que nos separaba. Quizá ése sea el mayor regalo que nos haya hecho Pogo, forjar una relación tan especial entre sus miembros, una suerte de conexión casi familiar que, con sus ventajas e inconvenientes y su sabor agridulce, será a todas luces inolvidable. Pocas cosas que duran solamente dos años (de momento) dejan una huella tan profunda.
Decía Woody Allen que una relación es como un tiburón, tiene que estar continuamente avanzando o se muere. Creo que se puede aplicar a Pogo, sigue vivo, pero no puedo evitar pensar que ese tiburón que avanza implacablemente nos ha devorado a nosotros. Aún así, el balance de estos dos años no puede ser sino positivo. Los buenos recuerdos siempre estarán ahí. Y lo que es más importante, haber formado parte de algo tan especial, algo que se ha hecho más grande que yo y que aunque ahora este alejado pero que todavía es importante para mucha gente, para gente que aprecio. Feliz cumpleaños, Pogo!! Que cumplas muchos más, lo vea o no lo vea, seas como seas."
Beñat estudia Periodismo. Ha actuado en Rockstar o La vida de Nardo Polanski, y ha escrito un montón de cosas que algún día veremos.
Amaia Ruiz, actriz y miembro del equipo Pogo:
"Pogo the Clown Films es el país de la piruleta y, a la vez, una manzana envenenada. Gracias a Pogo uno puede pasar una jornada inolvidable o desear olvidar esa jornada. A veces nos tiraríamos a la ría los unos a los otros, pero otras agradecemos habernos unido en este proyecto que nos da grandes momentos.No sabemos cuánto durará el Pogo materializado, pero lo que sí sabemos es que durará para siempre en nuestras mentes, corazones y camisetas (tenemos camisetas). Nunca olvidaré la vez que intentamos rodar un corto en una sola noche, a menos de 10 grados y con ropa de verano, ni todas las veces en la que hemos rezado para que no lloviera, o la vez en que los municipales nos echaron de la Gran Vía y después Cobo se lavó la cara con jabón del lavavajillas…un gran día. ¡Cuántas tonterías me dejo sin escribir, pero qué momentos!
Todos los viajes que me he pegado en coche a causa del material, de ir a Tele 7 (primero fallidamente, y después ya bien), los madrugones para entregar el material, los rezos para que la universidad nos subvencionara, la búsqueda de actores a última hora cuando nos dejan tirados y la búsqueda de atrezzo por medio Botxo, las revisiones de guiones… Todo esto y muchas cosas más hacen que me sienta parte de Pogo, una parte más involucrada de lo que pude imaginar en un principio, pero oiga, las circunstancias han hecho que mi camino haya ido por ahí.Puede que a algunos les parezca mejor y a otros peor, que opinen una u otra cosa, puede que incluso entre nosotros tengamos nuestras (inevitables) diferencias. Es normal, cada uno tiene gustos distintos y aspiraciones dispares, pero no por ello vamos a dejar de apoyarnos entre nosotros. Ante todo, la base del progreso de Pogo es el respeto y la cooperación entre todos los que formamos parte de él. Cada uno aporta a Pogo lo que buenamente puede y así será como lograremos que esta loca productora no caiga en el olvido.Zorionak Pogo, Zorionak compis."Amaia estudia Periodismo. Ha actuado en Rockstar, Chocomuerte o Young Boy.
Iñigo Cobo, co-fundador, guionista y director:
"Pogo es un proyecto que nace en manos de tres chavales sin idea de nada. De hecho, nosotros tres fuimos de los pocos que pencamos la asignatura de, precisamente, realización audiovisual que se tiene en primero de carrera. Nuestra incompetencia es el origen y, todavía hoy, fundamento como productora. No saber cómo hacerlo, pero hacerlo al fin y al cabo. Somos amateurs y un poco dejados. En realidad, nos la pela un poco todo: nunca hacemos balance de blancos y la mayoría de cortos están hechos en un fin de semana, con un guion técnico que es todo esbozos y un guion técnico que, sencillamente, ni existe. Nos sentimos extrañamente orgullosos de, como se dice, ir a Santander, cagar y volver. Vivement dimanche!, por ejemplo, se hizo en una tarde de domingo, y el guion se había escrito la tarde anterior antes de salir.
Los nuestros son métodos con grandes carencias y, a nivel interno, también estamos constantemente discutiendo sobre la dirección que, cada uno, queremos para Pogo the Clown Films. ¿Queremos proyectos pequeños donde lo pasemos bien, como Young Boy, o queremos meternos en fregados megalómanos (y de fácil fracaso) como Pequeña UPV, que iba a tener cinco capítulos, luego se rebajó a tres y después sólo quedó en dos? El tira y afloja entre diversión entre amigos y aspiraciones serias es una de nuestras tareas pendientes en la autodefinición de Pogo. En realidad, ¿qué queremos? No tenemos ni idea.
Pero, movidas aparte, sí que hay un punto que todos compartimos y que es el que mueve, a modo de motor, nuestra maquinaria de estudiantes inestables. Pogo es un lugar de encuentro, donde las puertas están siempre abiertas a la gente con inquietudes audiovisuales. Es el fruto de un idealismo y de una vocación: hacer cortos, hacer cosas, hacer "cine," sea lo que sea esa palabra (¿a qué se le puede llamar cine y a qué no?). Nos juntamos unos pocos que queríamos hacerlo: es decir, Pogo surge como medio de llevar a (buen) término nuestras ideas, nuestros guiones y nuestros impulsos.
Todo el que quiera escribir, dirigir o actuar puede entrar sin pasar ninguna prueba; sólo le pedimos que haga, que se implique y que sea partícipe con nosotros. Porque hacer es el principio para aprender, y los cuatro miembros actuales de Pogo podemos asegurar, sin remilgos, que en dos años de Pogo hemos aprendido más que en tres años en la facultad. Es una triste realidad y, también, algo que reafirma ese viejo dicho de que lo mejor de la universidad no se aprende en la universidad.
Pogo es un bebé deforme que queremos, porque ha conseguido metas que, sin el trabajo en equipo que esto supone, nunca se habrían materializado. Los problemas, las vergüenzas, los malos tragos y los malos rollos son parte del trato, tanto como los triunfos, las experiencias, las celebraciones y los grandes momentos. Los cortos, al final, son lo de menos, y lo que vale es lo aprendido y la extraña aventura de Pogo the Clown Films. Han sido dos años geniales, y lo seguirán siendo.
Iñigo estudia Magisterio. Ha realizado Pequeña UPV, Amor de Propileno o Bailar para olvidar.
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